“Calculo que el mercado de UFF (plantas fotovoltaicas flotantes), en los próximos 10, 15 años, debería superar el de las instalaciones terrestres”. Ésta es la predicción del ingeniero eléctrico José Teixeira, especialista en el segmento.
Según Teixeira, este dominio se producirá porque estos sistemas solares tienen algunas características que los sitúan en ventaja sobre las plantas terrestres. “La principal ventaja es que las UFF hacen que el funcionamiento del panel fotovoltaico sea más frío, aumentando la eficiencia en la generación de energía. Cuando elevas el sistema por encima del agua ya tienes el enorme beneficio del enfriamiento natural que esto proporciona”, explicó.
“La segunda ventaja es que facilitan la limpieza de los módulos. Para una instalación en tierra, por ejemplo, hay que llevar un camión cisterna al lugar, usar el agua para limpiar el módulo y aún así se pierde porque se infiltra en el suelo. De hecho, hay una consecuencia preocupante en estas plantas, que es el crecimiento de malezas, que luego hay que cortar”, comentó el ingeniero.
En el caso de la UFF, destacó que el panel solar termina ensuciándose mucho menos. “Tienes mucho más tiempo entre limpiezas y, cuando necesitas limpiar, el agua está justo debajo de tus pies. Incluso bromeo con la gente que simplemente coge un cepillo con mango más largo, lo moja y limpia el panel. La ventaja es que el agua usada vuelve al depósito”.
El experto también destacó que cuando se coloca una planta fotovoltaica en el embalse se evita la evaporación del agua. “En muchos casos la pérdida de agua es brutal, como, por ejemplo, en el caso de la transposición del río São Francisco. Debido a que el canal es muy ancho y poco profundo, la cantidad de agua que se pierde por evaporación es enorme. Cuando lo cubres con un sistema solar flotante, puedes ahorrar hasta un 75% de esta evaporación”.
Además, según Teixeira, las UFF son inmunes a los incendios, principalmente por quema, y contribuyen al aprovechamiento de los recursos naturales disponibles y no escasos. “La ventaja es que no hay que desprenderse de esa superficie de tierra, que puede tener una aplicación mucho más noble, como en el caso de la agricultura, por ejemplo”, señaló.
Recuperación atractiva
Según José Teixeira, el sistema fotovoltaico flotante suele ser entre un 15 y un 30% más caro que una instalación equivalente en tierra. “Es más caro por el precio del plástico. Estamos trabajando para llegar a finales del próximo año sólo entre un 5 y un 10% más caro”.
Sin embargo, según el ingeniero, debido a sus ventajas, una UFF tiene una amortización más corta que una instalación terrestre de menor valor. “Si tienes un panel más fresco, con poco mantenimiento y que se ensucia menos, puedes inyectar más kilovatios a la red. Sólo perdemos en términos de coste porque hay plantas en el terreno que tienen seguidores solares”, afirmó.
“Otro dato interesante para tener una planta en el agua es el número de lagos que existen hoy registrados en Brasil por la ANA (Agencia Nacional del Agua), que ronda los 24 mil lagos con una longitud de mil metros. Las que no están registradas, de menos de 1 km de longitud, deben ser de tres a cuatro veces ese total”, explicó el especialista.
Crece el interés por las plantas solares flotantes
A medida que caen los costos de la tecnología solar, Crece el interés por las plantas fotovoltaicas flotantes. Según un estudio realizado por EPE (Energy Research Company), con base en datos recopilados del Grupo Banco Mundial, se estima una capacidad instalada potencial en embalses de 4 mil GW en el mundo.
Según EPE, la inversión en plantas solares en masas de agua sigue siendo un 18% mayor que la producción fotovoltaica en tierra.
