El agricultor Clóvis Motin encontró la energía solar como una solución para reducir sus costos de electricidad en la propiedad donde cultiva hortalizas hidropónicas en el municipio de Colombo (PR).
La modalidad requiere un alto consumo energético, ya que el sistema no puede quedarse sin agua y el motor que riega la plantación se enciende cada 10 minutos.
La inversión tuvo un efecto inmediato: Morim vio cómo el valor de su factura de electricidad bajaba más del 85% mensual. Además, en cuatro años la financiación estará amortizada y el activo le ayudará a reforzar su flujo de caja para nuevos proyectos.
“Gastaba 2 reales al mes en electricidad. Hoy gasto alrededor de R$ 300 al mes y, con el excedente, pago la cuota de financiación”, reveló el agricultor, que trabaja en la propiedad que antes administraba su padre.
Además de modernizar las técnicas de siembra del siglo pasado, Motim continúa buscando alternativas para minimizar costos y aumentar la rentabilidad del cultivo.
En los 21 invernaderos de la propiedad se producen diferentes tipos de lechugas, rúcula, berros y cebolla, que abastecen la mesa de muchos paranaenses. Todos los lunes y jueves cosecha las verduras y los martes y viernes vende los productos en Ceasa.
“Si nos quedamos sin energía, las plantas se marchitan y perdemos toda la producción. Entonces el consumo es alto y no podemos dejar de usar energía”, afirmó.
Fue así como el productor rural llegó a implementar paneles de energía solar. Dice que financió el sistema fotovoltaico en diez años sin intereses a través del Programa RenovaPR y el Banco do Agricultor Paranaense.
“Además, el proveedor me dio una garantía de 25 años para las placas. Entonces, en hasta cuatro años lo pagaré todo y tengo aproximadamente 20 años más para usar las placas sin preocuparme y reducir mi factura de luz”, destacó.
Además de ahorrar en su propiedad rural, Motim explica que logró colocar todos los contratos de energía que hay en su CPF para utilizar la energía captada por los paneles solares.
“Hice el sistema un poco más grande de lo que necesitaba, pensando en la posibilidad de ampliar los invernaderos o instalar, en el futuro, una cámara frigorífica en el cobertizo. Tengo la opción de, en el futuro, utilizar esta energía producida para cargar un camión eléctrico. Entonces todas mis necesidades serán cubiertas por el sistema”, explicó.
Hoy, el agricultor trabaja con otros tres empleados en la propiedad, generando ingresos en el campo. “Una de las mayores ventajas de pasar las propiedades rurales de generación en generación es que podemos evolucionar, buscar soluciones más nuevas y ventajosas. Así elegí la hidroponía y ahora la energía solar”, destacó.
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